(2007) Divina Comedia (suite) (pedrozo)




P/D: El disco puede ser escuchado mientras se mira La quimera de oro, de Charles Chaplin, de 1925. Solo hay que iniciarlos simultáneamente.

Dedicado de manera franca a la persona de Charles Spencer Chaplin.

En mi vida, este personaje de ficción que llegó a crear con tanta naturalidad ha influido en todo lo que respecta al arte en si, y por si. El transmutarse en un mendigo, frente a las proyecciones de una pantalla, solamente han, “pulsado la tecla universal” de todas las personas que tuvieron el privilegio de ver algunas de sus obras. Charlot, el vagabundo, puede enmarcarse en dos periodos bien diferentes; uno, el de las películas de corta duración, donde podemos verlo tontear y realizar las más extraordinarias piruetas, por ejemplo, escapando de las hordas de policías; y en la vereda de enfrente, tenemos al actor de United Artists, toda una revolución, a la manera de Patricio Rey y sus redonditos de ricota, es revolución, no fue otra que la de la independencia.
Genio, controvertido, sexualmente avanzado, creador, compositor, cantante, payaso, dramaturgo, todo un mundo dentro de un pequeño hombrecito.
Poesía en blanco y negro es el regalo que La Pequeña Lulu y los cinco de gorka hacen a este particular Chaplin, ávido lector, y aficionado a la economía. Cuenta la leyenda que en los agasajos que se realizaban en su honor, Charlie discutía fervientemente de política, con políticos y politólogos de la época, y que eran tal sus premisas que estos últimos terminaban tratando de hacer reír a los comensales, mientras Chaplin, hacía de político, socialista, claro.
Burlarse de Hitler hoy, no es la gran cosa, ya lo hizo el, antes de que se desate la segundo guerra mundial, despotricar contra el imperialismo, ya lo hizo el, y fue echado de los estados unidos, socavar los principios de la religión, solo miren Mounsier Verdox, y listo.
Como todo gran hombre, cometió grandes errores.
Cuenta Groucho Marx –también lo hace Harpo, que cuando lo conocieron, era –y lo fue toda su vida, eso dice su propio hijo en un documental- una persona tremendamente insegura, vaya uno a saber porque, pero si seguimos las cálidas enseñanzas del oriente, como el budismo, ellas nos ensañan a estar siempre alerta.
Este es mi regalo a el.
Pura música clásica, mechada con algo de los Beatles allá por la parte media, también, arpas chinas, y muchas cosas más.
El disco solo cuenta con una sola canción.

Sinceramente.

Fernando Pedrozo.

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